¿CÓMO OPTIMIZAR EL TIEMPO DE ENSAYO CON MI EQUIPO DE ALABANZA?


Por: Equipo Editorial ICZ

Cuando se trata de tu memoria, ¿te acuerdas de detalles específicos o solo de cosas generales? ¿recuerdas lo que sucedió en un día cualquiera de hace años o ni siquiera puedes recordar lo que desayunaste hoy? Aunque pueda llegar a sonar gracioso y parezca que ciertas cosas no merecen ocupar un espacio en nuestras mentes, hay una en particular que tú, como líder, no puedes darte el lujo de olvidar nunca.

La escritora estadounidense Brené Brown, en su libro Los Dones de la Imperfección dice que uno de los elementos clave para una vida plena es la gratitud, pero que, lastimosamente, es uno de los que menos se practican. También, por medio de algunos ejemplos, muestra que tendemos a olvidar la gratitud porque esta no es natural en el ser humano y por lo tanto debe ser ejercitada.

Y la ausencia y olvido de esta no excluye a personas como tú que eres líder. Podríamos contar historias de hombres y mujeres con muchas capacidades y potencial que a medida que fueron incrementando su influencia se fueron olvidando de ser agradecidos, no solo con aquellos que los impulsaron y sirvieron como plataforma sino aún con el Dios que les dio esas habilidades.

Nuestro deseo es que tú no hagas parte de ese grupo. Hoy tenemos a la mano la posibilidad de escribir una historia diferente con el liderazgo que nos fue confiado por otros y por Dios mismo. Así que de manera breve queremos compartir contigo lo que hemos llamado “los 3 nunca olvides del liderazgo”.

1. NUNCA OLVIDES DE DÓNDE TE HA LLAMADO.

Aunque se nos dice que un líder nunca mira hacia atrás sino solo hacia el futuro, esto es una verdad a medias, porque mirar hacia atrás de cuando en cuando, es muy útil para recordar el lugar de dónde el Señor te llamó. Muchos provenimos de familias humildes, disfuncionales, con pocas posibilidades de avanzar, ciudades, iglesias y pueblos pequeños donde ninguno tiende a mirar pero allí Dios si nos vio.

¿Te identificas con alguno de estos ejemplos? Si así es, nunca olvides que antes del palacio fuiste sacado del pozo. Pero si este no es tu caso hay otras razones por las cuales estar agradecidos.

2. NUNCA OLVIDES LO QUE TE HA DADO.

Esto es muy importante. Nos alegra saber que hoy tienes una posición de influencia pero recuerda que los dones que te llevaron hasta allá fueron dados por Dios. Si somos honestos, muchas oportunidades que han llegado son posibles a esa gracia con que el Señor nos dotó más que a lo que pudiéramos hacer por nuestra cuenta. En otras palabras, todo se lo debemos a Él.

Alégrate por el fruto que tus dones producen pero nunca olvides que quien plantó esa semilla es el mismo dueño del terreno. Tú eres un administrador de la gracia de Dios.

3. NUNCA OLVIDES POR QUÉ TE ESCOGIÓ.

Es más que obvio señalar que el ejercer un rol de liderazgo te lleva a sobresalir por encima de otros, a inspirarlos y retarlos, pero también se corre el riesgo de perder de vista la razón por la cual fuimos puestos allí. Nunca olvides que liderar no se trata de ti sino de servir a otros a través de lo que Dios nos ha dado.

Recuerda que eres líder porque el Señor vio que puedes ofrecerle a otros lo que Él quiere entregarles. Eres lo que eres para la gloria de Dios y el servicio a los demás.

Así que deja que ejercita tu memoria constantemente al ejercer tu rol de líder y así mantendrás un corazón puro y los pies sobre la tierra. El liderazgo es una gracia que nos ha sido dada sin merecerlo. Por lo tanto, te invito a que hagas clic aquí. En este enlace encontrarás mucha más información valiosa dictada por Marcos Witt que te ayudará a seguir creciendo en tu rol de líder.

*Este blog fue escrito y adaptado con base en el curso LIDERAZGO MINISTERIAL (Sesión 6) escrito por Marcos Witt y disponible en ICZ ONLINE.